El oficio de lavandera en Madrid

El oficio de lavandera en Madrid

Hemos hablado en esta sección, desde su inicio, del arte y oficio de la tintorería desde su inicio en el Imperio Romano, hace más de 2.000 años. Hemos recordado a Tintoretto, hijo de tintoreros en la Italia del Medievo y como Meyer Lansky montó una cadena de lavanderías para blanquear el dinero de sus actividades ilícitas. Incluso, hemos recordado como el oficio de tintorero está presente en las artes como en el Bel Canto, en la ópera La mujer sin sombra.

En esta ocasión queremos rememorar los orígenes de un oficio en la capital de España. En esta ocasión queremos acercarles en esta sección a Las Lavanderas del Manzanares.

A finales del siglo XVI, en el momento en que Madrid es capital permanente de España, y hasta 1926, año en se canalizó el río Manzanares las lavanderas fueron un colectivo marginado, que al igual que en otras grandes ciudades como París, Lisboa o Buenos Aires, y a su vez con sujeto a estrictas normas municipales.

En su momento de mayor desarrollo el río Manzanares llego a contar con centenar de lavaderos y entre 4.000 y 5.000 lavanderas. El espacio del río elegido para la mayoría de estos era el tramo entre los puentes de Segovia y de Toledo. De los nombres que todavía se recuerdan están el Lavadero de la Cruz, el lavadero de la Soledad o el lavadero de San Juan de Dios.

La ropa era acarreada por los porteadores o esportilleros hasta el río. En ese momento empezaba la ardua labor de estas mujeres, que con desmesurado esfuerzo y dejándose parte de su salud en cada frote de la roa contra la plancha de lavado de madera, dejaban la ropa limpia.

Las Lavanderas ( Goya )

Las Lavanderas ( Goya )

Al caer la tarde, y con la vuelta de los esportilleros, llegaba uno de los pocos momentos de asueto de estas esforzadas mujeres. Asturianos ellos, en una parte numerosa, y gallegas ellas, en otra parte también importante, dejaban a un lado sus quehaceres y organizaban bailes y festejos propios de estas comarcas. Estos llegaron a ser costumbre en domingos y festivos, atrayendo a comerciantes que instalaron sus puestos y tenderetes. En la actualidad todavía podemos degustar su sidra, pollo y otros platos típicos en el último baluarte de estos: Casa Mingo.

Tal importancia tuvo este numeroso grupo de mujeres que trabajan duro por sacar adelante a sus familias, con infructuoso resultado la mayoría de las veces, que la Reina consorte María Victoria de Saboya, esposa del Rey Amadeo I gastó una importante cantidad de su fortuna en obras de beneficencia. La que aquí referimos fue el Asilo de Lavanderas (1871). Inicialmente se edificó en lo que hoy es la Glorieta de San Vicente. En esta casa de beneficencia, considerada la primera guardería de España, las trabajadoras del río podían dejar a sus hijos menores de cinco años. Gracias a esta institución 300 niños diariamente podían disfrutar de momentos más propios de la infancia.

Fue tan querida para estas mujeres que a la muerte de Doña María Victoria, estas costearon una corona que aún se conserva en el interior de la tumba de la reina, en Turín.

La presencia de las lavanderas y los lavaderos en el río Manzanares ha tenido infinidad de registros en la pintura, la literatura y la música. Citando en primer lugar “Las Lavanderas” de Francisco de Goya, podemos continuar referenciando a Aureliano de Beruete o Casimiro Sainz, sin dejarnos a Eusebio Pérez de Valluerca o Ángel Lizcano. En la literatura podemos citar a Arturo Barea, Pío Baroja, Ignacio Aldecoa o a los numerosos costumbristas madrileños. Por último, y dentro del arte musical debemos citar a los libertos de zarzuela de los autores Ricardo de la Vega, Carlos Arniches o Miguel Ramos Carrión. Dejar constancia que estas referencias no agota la numerosa lista de autores que dejaron constancia de las lavanderas en su obra.

Asimismo, el origen de muchas personas que han dejado su huella en la historia tienen su origen en este grupo de esforzadas mujeres. Así, Doña Carmen Bello, aunque algunos escriben su apellido con V, famosa cupletista de finales del S. XVIII y principios del S. XIX fue hija de una lavandera. También, D. Pablo Iglesias Posse, fundador del PSOE y la UGT y cuya madre fue lavandera por el año 1862. El escritor, anteriormente citado, Antonio Bares tiene sus orígenes en este gremio. Y como de todo tiene que haber, de aquí también salió Felipe Sandoval alias “Doctor Muñiz”, conocido más por sus facetas de atracador y espía que por la de albañil.

Podemos concluir que Las consecuencias sociales de esas generaciones tuvieron fuerte repercusión en el desenlace político y social de la época.